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lunes, 2 de enero de 2012

Hispano Argentina


La Hispano-Argentina fue una empresa argentina dedicada a la fabricación de automóviles, motores y armas de fuego radicada en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, durante la primera mitad del Siglo XX. Se estima que HAFDASA produjo más de 6000 motores gasoleros y nafteros. A pesar de estos esfuerzos, la empresa no pudo continuar sus actividades automotrices y se concentró, con mucho éxito, en la producción de material bélico hasta su cierre definitivo en 1961 durante la presidencia de Arturo Frondizi.
Hispano-Argentina Fábrica de Automóviles S.A. (HAFDASA)
Historia En 1925 Carlos Ballester obtiene la licencia para representar en Argentina a la marca española Hispano-Suiza. En una primera etapa se importarían los vehículos, para luego fabricarlos en el país. Pocos años antes, Ballester junto a su socio Eugenio Molina, habían instalado una planta para la producción de armas automáticas. A fin de unificar la producción, se construye en Campichuelo al 250, Caballito, una planta de 5000 m2 equipada con la más alta tecnología disponible en ese momento. Se establece la sociedad Hispano Argentina Fábrica de Automóviles S.A. (HAFDASA), destinada a la producción de automóviles y motores Hispano Suiza, además de piezas y repuestos para esta y otras marcas de automóviles, camiones y ómnibus.
En principio se dedicaron a fabricar camiones y tractores, de uso civil y militar. También producían motores de ciclo Otto y Diésel para vehículos e instalaciones fijas, de diferentes potencias, fabricados completamente en Argentina, y en sus últimos años crearon varios prototipos de automóviles, en vista a su producción en serie.
Sin embargo, la firma pasó a la historia por su incursión en las armas de fuego. Además de la pistola en calibre 45 ACP que la hizo famosa, Ballester Molina también fabricó pistolas en calibre 22, carabinas y fusiles en varios calibres. No existen datos exactos, pero se estima que HAFDASA fabricó más de 100000 armas, entre 80000 y 90000 pistolas calibre .45.

Vehículos y motores La firma comenzó fabricando camiones y motores, con todos los componentes producidos en el país. En el caso de los motores, todos sus componentes se construían en la fábrica: cigüeñales, bielas, pistones, etc. El único componente importado era la bomba inyectora (de la marca Bosch) de los motores diésel, las cuales eran importadas de Alemania. Entre los automóviles fabricados se destaca el H6, que se convertiría en uno de los más famosos y avanzados de su tiempo. El motor poseía árbol de levas a la cabeza, un muy eficiente sistema de frenos con cuatro tambores y servofreno, cuya patente fue aplicada por famosas marcas europeas como Rolls Royce. Se estima que se construyeron unas 200 unidades de la versión local. En 1933 salen de la planta los primeros motores nafteros destinados fundamentalmente a equipar vehículos de transporte de cargas y de pasajeros de diversas marcas. A mediados de la década de 1930, el Ing. Carlos Ballester Molina, hijo de Don Carlos, comienza a desarrollar un motor de ciclo Diesel de altas prestaciones, presentando tiempo después tres prototipos del motor que sería conocido como Motor Criollo.
Las versiones eran: D1, 4 cilindros - 75 HP; D2, 6 cilindros - 95 HP y D3, 6 cilindros - 150 HP.
Los bloques de cilindros eran de fundición en una sola pieza. La refrigeración se realizaba mediante camisas postizas centrifugadas. La culata, construidas en una aleación desarrollada por Ballester Molina, era de dos piezas en el D1 y de tres piezas en los D2 y D3. La inyección era de tipo indirecta y se realizaba en una cámara de pre-combustión, siendo la bomba inyectora importada de Alemania. La versión D1 tenía un cigüeñal de cinco bancadas, teniendo las versiones de 6 cilindros cigüeñales de siete bancadas, siendo las bielas de tipo tubular de acero al cromo-níquel. Los pistones de seis aros estaban realizados en aleación liviana. Las tres versiones disponían de válvulas a la cabeza accionadas por varillas y balancines a través de un árbol de levas situado en el cárter.
El motor "Criollo" tuvo una rápida aceptación, debido al bajo consumo y mantenimiento, siendo muy usado en vehículos de carga, sobre todo en los de más de cuatro toneladas. Debido a su éxito, la firma amplió sus actividades, y comenzaron a fabricar chasis y carrocerías para ómnibus y camiones, abasteciendo al Ejército Argentino con vehículos blindados, además del camión Criollo Chico 4x4 (con el motor D2) y Criollo Grande 6x6 (con el motor D3). El Criollo Grande se utilizaba para remolcar piezas de artillería de 155 mm.
En 1934, según una publicación de Roberto Galasso y mediante un relato de Raúl Scalabrini Ortiz, se asegura lo siguiente: "La fábrica Hispano Argentina comenzó a producir motores y camiones a menor precio y mejor calidad que los similares importados. Un día del año 34' el embajador de Gran Bretaña visitó al ministro de Hacienda. Poco tiempo después, por una simple resolución ministerial, se disminuían los derechos a los motores importados y se elevaban los del acero bruto que la Hispano Argentina debía traer del exterior (Expte 16.662 C. 1934 R.F. 106, setiembre 8 de 1934). El ingeniero Ballester Molina recorrió las redacciones inútilmente. La única publicación que asumió su defensa fue "Señales" en una colaboración que escribí yo".
Durante le desarrollo del motor Criollo, la firma construyó un prototipo de vehículo con un chasis de camión alivianado. En 1939, Molina estableció una marca, utilizando este prototipo, al recorrer 1200 kilómetros a un promedio de 135 km/h, llegando en algunos tramos a 170 km/h. No existen cifras oficiales, pero se estima que la producción de motores superó las 6000 unidades. Los últimos bajo licencia Lycoming, que en un principio se importaban de los Estados Unidos.
A pesar de estos esfuerzos, la empresa no pudo continuar sus actividades automotrices y se concentró, con mucho éxito, en la producción de material bélico hasta su cierre definitivo. Hispano-Argentina 4 cilindros
En 1939 se lanza un pequeño vehículo, destinado a desarrollar el mercado argentino: el P.B.T. Se trataba de un automóvil descapotable de 2 plazas, propulsado por un motor delantero, refrigerado por aire, de 550 cm3, tenía pistones de aluminio con las bielas montadas sobre rodillos y el cigüeñalmontado sobre cojinetes, formando un solo bloque con la caja de velocidades. Se vendió a 2000 pesos, lo que lo hizo muy popular, y en pocos días vendió 33 ejemplares, una cantidad importante para la época. El inicio de la Segunda Guerra Mundial privó a la empresa de componentes y partes indispensables para la producción, por lo que debió cesar la fabricación al poco tiempo de iniciada. También se canceló el desarrollo de prototipos destinados al mercado de gama alta, para un público de alto poder adquisitivo. Estaban basados en modelos de Hispano Suiza de los años 30' y fueron desarrollados por el ingeniero Ballester Molina.
Estaban motorizados por el motor "Criollo" en versiones de cuatro y seis cilindros y compartían el mismo chasis. Las carrocerías fueron hechas por el experimentado carrocero Fortunato Francone, utilizando en algunos casos, componentes de vehículos Hispano Suizo como los faros Marchal en el modelo más chico. El vehículo más grande poseía una avanzada línea aerodinámica, con un parabrisas muy inclinado, ventanillas de baja altura y un techo curvado; fue llamado "El Redondo". No poseía estribos y los guardabarros, de grandes dimensiones, estaban pintados de un color distinto a la carrocería. Estos modelos recibieron gran atención al ser presentados oficialmente en la Casa de Gobierno, ante el vice-presidente de la Nación, el Dr. Ramón S. Castillo.