lunes, 17 de diciembre de 2018

No pudieron ser: Skoda + Henschel (Primabus) en La Pampa

En el año 2018, el diario local La Arena de la provincia de La Pampa redactaba una nota firmada por Mario Vega (con algunas imprecisiones y errores de por medio) que desarrollaba acerca de la fallida radicación de la por entonces empresa checoslovaca Skoda en la provincia de La Pampa. El intermediario (Primabus), la enorme nave levantada y sus posteriores usos. A continuación, reproducimos algunos párrafos de interés.

Debió ser un complejo industrial de relevancia, pero hoy es un predio abandonado con una inmensa estructura de hormigón en el centro. Se iban a fabricar buses y camiones, pero finalmente no pudo ser. No debe haber viajero -sobre todo si es santarroseño o conocedor de esta parte de la provincia- que alguna vez no se haya preguntado de qué se trata. Viniendo hacia la capital provincial por la ruta nacional n° 5, desde el Este, a escasos kilómetros de llegar y a la salida de una amplia curva se observa una enorme construcción en medio de un importante terreno.
Las más diversas versiones se han ofrecido sobre ese lugar... "Eso es de Vialidad Provincial, y va a ser un depósito para desguace de autos", arriesgaron algunos; otros supusieron que allí "se levantará la estación de carga y descarga" que Santa Rosa necesita, y de la que tanto se habla. Otros sostienen que quizás podría pensarse "llevar ahí la terminal de ómnibus", aunque no faltará el que inmediatamente lo bajará a tierra para advertir que está muy en las afueras de la ciudad.

"Las vacas de Primabus". ¿Quién no los miró desde un auto alguna vez y se preguntó de qué se trataba? Son años de pasar y verlos, en un paisaje inmodificable. Y lo cierto es que muy pocos conocen qué es eso, para qué fueron levantados esos galpones y, evidentemente, abandonados.
Un amigo, de esos curiosos a los que les gusta husmear y no quedarse con las ganas de saber, quiso averiguar cuál fue la trama de la historia que desembocó en este presente... en el que pueden verse vacunos pastando en los alrededores. Viajaba con alguien que conducía el auto hacia Santa Rosa, una persona que en un momento dado, mirando hacia su derecha le dijo: "¡Mirá las vacas de Primabus!".
Cuando volteó la vista divisó, a la vera del camino, un lote de bovinos pastando a las puertas de un complejo de galpones industriales. Tenía vagas y diferentes referencias. Como casi todos. Ante la escena llegó a pensar que estaba ante un complejo de engorde de hacienda a galpón, y por eso quiso tomar algunas fotografías. Su compañero de ruta le había largado varias pistas que le interesaron.


"Eso que ves -le explicó- son los despojos de una empresa industrial que nació en La Pampa, allá por 1965 ó 1966, y que jamás se puso en marcha". Los impulsores, al parecer fracasado su proyecto por estas tierras habría emigrado a alguna provincia del norte o el litoral, aunque con otro objetivo.
Autobuses y camiones. Una recorrida posterior por la antigua colección de LA ARENA, me permitió acceder a un artículo que se publicó el 4 de julio de 1966. La columna informaba que el presidente de Primabus SA, Santiago Orlando Mariano, y el contador de la firma Juan José Rivero, habían formalizado en la Escribanía Urtubey, la compra de un inmueble de 8 hectáreas ubicado en el Km. 602 de la Ruta Nacional n° 5.
Según explicaba el titular de la firma allí se levantaría un complejo para la fabricación de autobuses y camiones bajo licencia Skoda (una empresa checoslovaca). "Los trabajos de instalación de los galpones y paralelamente el montaje de las primeras unidades se iniciarán a la brevedad", prometía Mariano, quien agregaba que él mismo se asentaría en forma permanente en la ciudad.

Tiempos convulsionados. Eran días agitados en nuestro país... hacía apenas unos días, el 28 de junio de 1966, -días antes de firmarse aquella escritura- se había producido un nuevo golpe de estado, que concluiría con el derrocamiento de Arturo Illía, y el advenimiento de la dictadura de Juan Carlos Onganía. Aquí gobernaba Ismael Amit, quien iba a ser reemplazado por un capitán de Navío, Carlos Alberto Félix González, antecesor de Elvio Nicolás Guozden. Ya con este en el gobierno provincial, asumiría sus funciones un personaje que se haría tristemente conocido: Federico Gonzani era designado como director de la Oficina de Información y Prensa del Centro Cívico. Es casi ocioso señalar que Gonzani sería -meses después- el autor de la muerte y descuartizamiento de su esposa, en un hecho que conmocionó a la opinión pública no sólo de nuestra provincia.

Gobierno de Ismael Amit. Pero meses antes se habían iniciado las gestiones por Primabus. Era durante el gobierno de Ismael Amit, el abogado porteño que de niño se había radicado en Macachín, desde donde se lanzó a la política para llegar a gobernar La Pampa -con interrupciones- durante 9 años. Precisamente hasta el golpe de 1966 que derrocó al presidente Arturo Illía. Dicen los que dicen saber que un sello distintivo del gobierno amitista fue la sanción de la ley n° 274 de "Promoción industrial, hotelera y minera" y esa legislación -según cuentan-, única en el país por aquellos tiempos, asignaba 4% del presupuesto provincial para esas actividades: financiaba a largo plazo y con muchas facilidades casi la mitad de las inversiones. Por eso era habitual que llegaran a la provincia interesados de todas las latitudes, promoviendo ideas, proyectos y también algunos despropósitos, cuando no estafas.
Foráneos, con ventajas. Los que recuerdan esas épocas señalan que los pampeanos asistían entonces a esos despliegues viendo casi todo "desde la tribuna", porque por lo general las instituciones incipientes tenían recursos humanos -a nivel dirigencial-, provenientes de otras provincias: desde el gobierno, hasta el Banco, pasando por la Universidad. Entonces, los foráneos casi siempre tenían algún amigo encumbrado para hacerles conocer sus inquietudes, y así accedían de mejor manera a esas oportunidades que los emprendedores locales.

La fábrica soñada. La cuestión es que Primabus SA sería, en los sueños de sus inspiradores, "la primera fábrica de buses del país", y por si eso fuera poco ¡también se fabricarían camiones! Por esos tiempos, apareció por La Pampa un señor bien plantado, con carácter y aparente desarrollo empresarial que exponía de alguna manera su poderío económico desplazándose en un robusto Mercedes Benz 220. Y como nadie preguntaba por la titularidad del lujoso vehículo se descontaba que era suyo. Había que tener en esos tiempos un auto semejante... Santiago Orlando Mariano -que de él se habla- tenía relaciones con importantes funcionarios del gobierno y muy pronto los convenció de su proyecto; aunque algunos juzgan que tal vez pudo ser al revés y que alguien lo convenció para que se viniera a La Pampa y hacer algo grande. La provincia ponía la mayor parte del dinero y a su vez -con la cobertura de aquella ley 274-, se pudo constituir una sociedad anónima. Era Primabus, que iba a fabricar buses y camiones. El proyecto empezó a rodar, y se estableció que la empresa madre sería la que fabricaba los motores Henschel -fuerza motriz de los buses-, y para los camiones estaban en tratativas con Skoda.

Un gran entusiasmo. Entre viajes, reportajes y conferencias se iba relevando la capacidad industrial de la provincia y, en General Pico, entonces "capital industrial de La Pampa", se sucedían las reuniones, sobre todo con el sector metalúrgico de fundiciones, maquinados, fabricantes de maquinarias agrícolas, insumos y otros. El entusiasmo cundía rápido, y mucho más cuando se empezaron a levantar los galpones que hoy despiertan la curiosidad y son el puntapié inicial de estos recuerdos. Los socios básicos de esta idea fueron el citado Mariano, según dicen un ex empleado del Banco Nación, y un sastre de Santa Rosa, don Juan Montepaone que tenía su negocio frente a la plaza San Martín. Cuentan que don Juan, un tano derecho y trabajador, se sumó porque se necesitaba "la pata local", incluyendo un domicilio social y la habilitación de una cuenta bancaria. Así es que ingresó a Primabus SA. La idea siguió creciendo y afirman que los galpones que sobreviven habrían sido aportados por una fábrica de premoldeados cordobesa, que se sumaría a la sociedad 
La oposición de don Centenario. Toda aquella tramitación venía al parecer de parabienes, pero se presentaban dificultades financieras que se iban haciendo más notorias por falta de recursos genuinos. En tanto la maquinaria de la burocracia desmenuzaba el proyecto y no se decidía a poner los fondos que les eran requeridos, en el marco de la promoción industrial. Cuentan que un joven contador, que se había embarcado en el proyecto, pudo acceder al ministro de Economía de la provincia, don Centenario Valenzuela, un administrador de máxima confianza del gobernador. El profesional quería acelerar las gestiones, pero algunas reuniones con este ministro darían por tierra con la idea -para algunos genial- de poner en La Pampa una fábrica de vehículos pesados.

FUENTE -> LA ARENA